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80 años como monumento nacional



25/04/2006

Levante-El Mercantil Valenciano. Sábado, 15 de abril de 2006. La Costera-La Canal-La Vall d´Albaida / MONTESA 80 años como monumento nacional Las actuaciones llevadas a cabo últimamente en el castillo permiten ver parte de la importancia que tuvo antiguamente Levante-EMV, Montesa El pasado jueves se cumplieron ochenta años de la publicación en la Gaceta de Madrid del real decreto que elevó a la categoría de Monumento Nacional las ruinas del castillo-convento de Montesa. Finalizaba con éxito el proyecto promovido por algunos caballeros de la orden de Montesa y en particular por frey Rafael Salvador, hijo del marqués de Cruillles autor de una famosa Guía Urbana de Valencia. Meses más tarde, durante la Navidad del mismo año 1926, salía a la luz una monografía sobre el castillo, escrita por Vicente Ferrán y editada por acuerdo de la Orden. El mismo año, Carlos Sarthou lamentaba los abusos realizados en el castillo, pues de forma progresiva, algunos vecinos de Montesa venían dedicándose al derribo de muros para la reutilización de los sillares como elemento de construcción, protesta que veintidós años atrás ya había hecho, por el mismo motivo, el cronista José Martínez Aloy. El dueño del castillo, en aquella época el caballero de Montesa Ramón Jorge de Dalmau, que lo había adquirido de su anterior propietario, nada hizo por su conservación, como tampoco las autoridades locales y provinciales del momento. Tampoco hubo ninguna actuación tras el decreto que elevaba las ruinas a monumento y el expolio duró hasta años recientes, si bien reducido al hurto de algún que otro sillar o de los pocos azulejos góticos y barrocos que hasta hace poco quedaban. Primeras actuaciones. Las primeras actuaciones realizadas en el castillo consistieron en algunas excavaciones arqueológicas y trabajos de desescombro, realizadas a partir de la década de los cuarenta del siglo pasado. Pese a ello, habrá que esperar al año 1996 para que se lleven a cabo las primeras intervenciones encaminadas a la consolidación y conservación de los restos del castillo-convento. Durante las primeras obras, costeadas por el Ayuntamiento de Montesa, la Asociación para la promoción socio-económica Macizo del Caroig y la Conselleria de Cultura, se invirtieron catorce millones de pesetas y permitieron la recuperación de la rampa de acceso a las ruinas y la reconstrucción de la entrada a la fortaleza. Unos años después, en 1999, las aportaciones realizadas por el Ayuntamiento y Macizo del Caroig posibilitaron nuevas obras de consolidación y se dotó al edificio de una acometida de agua y luz eléctrica. Por su parte la Conselleria de Cultura de la Generalitat encargó en 1997 un proyecto de consolidación del perímetro exterior del castillo al arquitecto Salvador Vila Ferrer, que a pesar de las peticiones del Ayuntamiento de Montesa y del Consell Valencià de Cultura, que en 2002 emitió un informe al respecto, no se ha llevado a cabo hasta 2005. Con un presupuesto base de licitación de 325.861 € (algo más de cincuenta y cuatro millones de pesetas), ha permitido la restauración de gran parte del perímetro exterior de la fortaleza. Los trabajos han consistido en consolidar los muros de mampostería en mal estado y la restitución de sillares. En otros puntos han recrecido algunos muros y se han colocado barandillas metálicas para dotar de más seguridad el monumento. En el interior del castillo se ha limpiado una de las cisternas y se ha colocado también una barandilla de protección. En el claustro, con los elementos originales dispersos por el castillo, se ha levantado un arco y se ha reconstruido la bóveda de un osario situado junto al muro medianero con la iglesia. Estructuras visibles En general, con la actuación llevada a cabo, se pueden apreciar estructuras del exterior del castillo hasta ahora desapercibidas por la pérdida de los sillares originales, ocultas por la vegetación e incluso desvirtuadas por la colocación de mampuestos de forma indiscriminada. No obstante, por falta de presupuesto, no se pudo actuar en los muros que perfilan parte de la iglesia del castillo-convento, cuya fábrica, en algunos puntos aún de sillería, se encuentra todavía sin solución definitiva.